y casi ilimitada responsabilidad asumida por el instructor en beneficio del discípulo.
Desde los gurús orientales hasta los pocos cabalistas de países occidentales que enseñan
los rudimentos de la ciencia sagrada, ignorantes muchas veces del riesgo a que se
exponen, todos los instructores están sujetos a la misma ley inviolable. En cuanto
empiezan a enseñar de veras y confieren tal o cual poder o facultad a sus discípulos, sea
de índole física, psíquica o mental, cargan sobre sus hombros todos los pecados del
discípulo, ya de omisión, ya de comisión, que se refieren a las ciencias ocultas, hasta el
momento en que el discípulo llega a Maestro, y es directamente responsable. Hay una
mística y fatal ley religiosa que reverencian y observan los cristianos de la Iglesia
griega, que tienen medio olvidada los de la romana y está absolutamente abolida entre
los protestantes.
los protestantes.
Data de los primeros días del Cristianismo, y es símbolo y expresión de aquella otra ley
oculta a que antes nos referimos acerca de las relaciones entre Maestro y discípulo.
Consiste en que el padrino y la madrina de la criatura en las fuentes bautismales
contraen parentesco espiritual entre sí y con su ahijado (1).
Los padrinos toman tácitamente sobre sí todos los pecados del ahijado (2) hasta que éste
tiene uso de razón para conocer el bien y el mal, y es responsable de sus actos. Esto
explica por qué los Maestros son tan escrupulosos, y por qué a los discípulos se les
exigen siete años de prueba para demostrar su aptitud y adquirir las cualidades
requeridas por la seguridad de Maestro y discípulo.
El Ocultismo no es magia. Resulta relativamente más fácil aprender las artimañas del
hechizo y los procedimientos para valerse de las sutiles pero todavía materiales fuerzas
de la naturaleza física, porque muy luego se despiertan las potencias del alma animal del
hombre y prontamente se desarrollan las energías actualizadas por su amor, su odio y
sus pasiones. Pero esto es magia negra o hechicería, pues únicamente del motivo
depende que el ejercicio de una facultad sea maligno y negra magia o bien magia blanca
OCULTISMO PRÁCTICO
Helena P. Blavatsky
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