viernes, 16 de octubre de 2015

Ocultismo Practico Audio Libro- Helena Blavatsky





Mata el deseo; pero si lo matas, vigila atentamente, no sea que de entre los muertos se levante de nuevo.

Mata el amor a la vida, pero si matas el tanha,(39) procura que no sea por la sed de vida eterna, sino para sustituir lo

pasajero con la perdurable.

Nada desees. No te irrites contra el Karma (40) ni contra las leyes inmutables de la Naturaleza. Lucha tan sólo contra

lo personal, lo transitorio, efímero y perecedero.

Ayuda a la Naturaleza y con ella trabaja, y la Naturaleza te considerará como uno de sus creadores y te prestará

obediencia.

Y ante ti abrirá de par en par las puertas de sus recintos secretos, y pondrá de manifiesto ante tus ojos los tesoros

ocultos en las profundidades mismas de su seno puro y virginal. No contaminados por la mano de la materia, muestra

ella sus tesoros únicamente al ojo del Espíritu, ojo que jamás se cierra, y para el cual no hay velo alguno en todos sus

reinos.

Entonces te indicará los medios y el camino, la puerta primera y la segunda y la tercera, hasta la misma séptima. y

luego te mostrará la meta, más allá de la cual hay, bañadas en la luz del sol del Espíritu, glorias inefables, únicamente

visibles para los ojos del alma.

Sólo existe una vereda que conduzca al sendero; sólo al término de ella puede oírse la «Voz del Silencio». La escala

por la cual asciende el candidato está formada por peldaños de sufrimiento y de dolor: éstos únicamente pueden ser

acallados por la voz de la virtud. ¡Ay de ti, discípulo, si queda un solo vicio que no hayas dejado atrás! Porque

entonces la escala cederá bajo tus plantas y te precipitará: su base descansa en el profundo cenegal de tus pecados y

defectos, y antes que puedas aventurarte a cruzar este ancho abismo de materia, tienes que lavar tus pies en las aguas

de la Renunciación. Sé precavido, no sea que pongas un pie todavía manchado en el peldaño inferior de la escala. ¡Ay

de aquel que se atreva a ensuciar con sus pies fangosos un escalón tan solo! El cieno inmundo y pegajoso se secará,

se hará tenaz, pegará sus pies en aquel sitio, y como el pájaro cogido en la liga del cazador astuto, quedará

imposibilitado para un nuevo progreso. Sus vicios adquirirán forma, y le arrastrarán hasta el fondo. Sus pecados

levantarán la voz, semejante a la risa ya! plañido del chacal después de la puesta del sol; sus pensamientos se

convertirán en un ejército, y se lo llevarán tras sí como a un esclavo.


martes, 6 de octubre de 2015

EL ATMA-VIDYA

El Atma-Vidya es la única clase de Ocultismo a que debe aspirar todo prudente e
inegoísta teósofo admirador de Luz en el Sendero. Las demás modalidades de Ocultismo
son ramificaciones de las ciencias ocultas, esto es, artes basadas en el conocimiento de
la última esencia de todas las cosas en los reinos de la naturaleza (mineral, vegetal y
animal) . Quien conoce esta última ciencia conoce también el reino material de la
naturaleza, por invisible que sea dicha esencia y por mucho que hasta ahora haya
escapado a las investigaciones científicas.
La alquimia, astrología, fisiología oculta y quiromancia tienen su razón de ser en la
naturaleza, y las ciencias que acaso por su inexactitud se llaman exactas en esta época
de paradójicas filosofías han descubierto algunas de estas artes.
Pero la clarividencia, simbolizada en la India por el "Ojo de Siva" y llamada en el Japón
"Visión infinita", no es el hipnotismo, ni el mesmerismo, ni se adquiere por medio de
tales artes. Todas las demás modalidades del ocultismo pueden dominarse y obtener de
ellas resultados buenos, malos o indiferentes; pero el Atma-Vidya no les da mucho
valor, pues a todas incluye y aun a veces las utiliza con benéficos propósitos después de
eliminar las escorias y tener cuidado de que no quede ni el menor elemento egoísta.
Expliquemos la cuestión. Toda persona puede estudiar cualquiera de las mencionadas
"artes ocultas" sin preparación especial, sin restringir demasiado su género de vida ni
depurar gran cosa su moralidad; pero en este caso, el noventa por ciento de los
estudiantes que se hayan distinguido en una razonable modalidad de magia se precipitan
desaprensivamente en la negra.
























Pero como unos y otros han de cosechar los frutos de sus acciones en el arte negra, los
practicantes occidentales no dejarán de obtener gozoso provecho aunque luego reciban
su castigo porque el hipnotismo y la vivisección, tal como se practican en Occidente,
son pura y simple hechicería, menos el conocimiento que poseen los vudús y dugpas, y
que ningún Charcot ni Richet puede adquirir en medio siglo de arduos estudios ni
experimental observación. Por lo tanto, que se queden sin Atma-Vidyia o verdadero
ocultismo quienes lo desdeñan para chapucear en la magia, consciente o no de su índole,
y rechazan por demasiado rigurosas las reglas impuestas a los estudiantes. Dejémoslos
que sean magos por cualquier medio, aunque durante las diez encarnaciones siguientes
no pasen de vudús y dugpas.
Sin embargo, el interés del lector se concentrará probablemente, en quienes sienten
invencible atracción hacia el Ocultismo, aunque todavía no hayan subyugado sus
pasiones ni mucho menos sean verdaderamente inegoístas. ¿Cómo proceder con estos
desgraciados a quienes así desgarran por mitad fuerzas antagónicas? Porque demasiadas
veces se ha dicho para que haya que repetirlo, y es cosa evidente para cualquier
observador, que una vez despertado de veras en el corazón del hombre el anhelo por el
Ocu1tismo, no le queda esperanza de paz ni lugar de descanso y consuelo en el mundo.
Una incesante y roedora inquietud, que no puede apaciguar, lo empuja a las más
desoladas y ásperas circunstancias de la vida. Su ánimo es demasiado pasional y
egoísta para permitirle el paso por las Puertas de Oro, y no halla paz ni descanso en la
vida ordinaria. Así pues, ¿ha de caer inevitablemente en hechicería y magia negra y
acumularse durante muchos años un karma terrible? ¿No hay otro camino?
Seguramente lo hay. No aspire a mayores cosas que las que se sienta capaz de cumplir.
No eche sobre sus hombros una carga demasiado pesada. Aunque no llegue a ser un
Mahatma, un Buddha o un gran santo, si estudia la filosofía y la ciencia del alma podrá
ser un modesto bienhechor de la humanidad, por más que carezca de facultades
"sobrehumanas", pues los siddhis o facultades del arhat se reservan únicamente
para los capaces de consagrar su vida al cumplimiento al pie de la letra de los terribles
sacrificios que su adquisición requiere. Ha de saber y recordar para siempre que el
verdadero Ocultismo o Teosofía es la incondicional y absoluta renunciación de la
personalidad en pensamiento y obra. Es altruismo, y quien lo practica queda
enteramente escogido de entre las filas de los vivientes, tan luego como se entrega a la
obra, porque "no vive para él sino para el mundo"